BYE- BYE BOLIVIA: LA PAZ

ARTESANÍA LOCAL

CONVENTO SAN FRANCISCO DE LA PAZ

LA PAZ

BARRIOS DE LA PAZ

CASA TÍPICA COLONIAL

GOBIERNO DE LA PAZ

CONVENTO SAN FRANCISCO

CAFÉ LAS BRUJAS

MUJER PACEÑA

MUSEO CONVENTO SAN FRANCISCO DE LA PAZ

empanadilla paceña

PUESTOS DE DULCES DE COCA

ADORNOS PACEÑOS

 Antes de abandonar Bolivia, hemos dejado como destino final una ciudad que estoy segura, no deja indiferente a nadie. Se trata de la capital administrativa más alta del mundo, os hablo de La Paz. Hemos aterrizado en el aeropuerto de El Alto y el frío de la noche nos ha pillado un poco desprevenidos a pesar de que nos habían avisado. Apenas empezamos a descender la montaña con destino al hotel donde nos vamos a hospedar, tenemos la sensación irreal de ir deslizándonos por un árbol de navidad gigantesco lleno de luces de colores. Esto es debido a que la ciudad casi se encuentra ubicada en el fondo de un embudo. Muchos de sus barrios y casas están literalmente colgados de pequeños cerros y parece que se fueran a despeñar por los precipicios, pero  esto no sucede porque sus construcciones están sólidamente agarradas al terreno. Con sus 6.438 metros, el majestuoso Illimani siempre nevado, vigila la ciudad, es la montaña de mayor altura cercana a La Paz y realmente es mágica porque a lo largo del día va cambiando de color debido al vapor de agua y al sol que se refleja en ella. Si tenéis pensado viajar allí, os aconsejo que subáis en su teleférico. Es moderno, seguro y perfecto para poder moverse por la ciudad sin sufrir las consecuencias de la densa circulación y podréis regalaros la vista con sus panorámicas. La Paz es una ciudad viva, bulliciosa en la que conviven distintas etnias y que acoge alegremente a toda la gente que quiera acercarse allí. Que fascinante es perderse por las calles de su casco antiguo lleno de museos. Algunos de los que más me han gustado han sido el de los Metales Preciosos, en el que se conservan objetos realizados en oro y plata de los Incas y el museo Casa Murillo en el que se encuentran algunas pertenencias del héroe de la revolución. Es un placer pasear entre sus edificios de estilo neoclásico como el Palacio del Gobierno y otros edificios emblemáticos y recorrer la Catedral y la Iglesia Convento de San Francisco arrullados por el sonido de sus campanas. Podéis acabar el recorrido en el Mercado de las Brujas que se extiende por varias calles y en el que se venden objetos artesanales de todo tipo: souvenirs, jerseys y bufandas en lana de alpaca e incluso plantas curativas y amuletos para protegernos de los malos espíritus. Algo que nos llamó poderosamente la atención fue la cantidad de fetos de llama que colgaban de la mayoría de las tiendas para protegerlas. Durante este paseo os sentiréis invadidos por el maravilloso olor que desprenden las empanadas paceñas, tenéis que probarlas, las de pollo o carne están exquisitas, aunque también  hay vegetarianas. Si queréis hacer una inmersión en la gastronomía boliviana os aconsejo el restaurante Gustu, la trucha ahumada y el lechón están deliciosos, hay que reservar con tiempo y acudir temprano ya que allí cierran temprano. En La Paz hay una gran oferta de hoteles, albergues y hostales aptos para todos los bolsillos, en nuestro caso, nos hospedamos en el Camino Real Suites aconsejados por una amiga boliviana y nos gustó mucho por su ubicación y porque está genial. Me marcho de Bolivia encantada porque ha superado todas mis expectativas y estoy segura de que volveré. Este país y su gente han dejado una huella indeleble en mí. Os dejo los links a los establecimientos en color topo. Un besito

Carmen

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