Me encantan los jerséis y las pashminas de cachemira. No es por un capricho especial sino porque me resulta tedioso comprarme prendas de lana. Entro y salgo de las tiendas y todo lo que me pruebo me pica. De toda la vida he sido algo delicada de piel, que le vamos a hacer. De hecho, aquí os dejo un ejemplo de un jersey que usé hace tiempo y que tenía que ponerme con una camiseta de manga larga debajo a pesar de ser precioso. Hace mucho tiempo, cayó en mis manos un libro sobre la Ruta de la Seda, en el que se narraba que los antiguos comerciante que la recorrían, importaban la lana de una cabra que crecía en la zona de China y del Himalaya a la región de Cachemira que es donde comenzó a tejerse. Era tal su delicadeza y sedosidad que era conocida como la fibra de los reyes. Hoy en día, es una de las lanas más deseadas por su protección térmica a lo que hay que sumarle su suavidad y su ligereza. ¿Sabíais que para confeccionar un solo jersey, se necesita la lana de entre 3 y 5 cabras? Esto es debido a que debe someterse a un largo proceso para obtener el preciado hilo. El jersey rojo que llevo en las imágenes, procede de la marca eslovaca Cachemira, cuya producción se realiza en la región de Katmandú y es completamente artesanal, todo es tejido a mano y nunca de manera industrial o mecánica. Entre sus compromisos, consta la prohibición del trabajo infantil y el uso de colorantes que no sean dañinos para la salud y el medio ambiente. Además, trabajan sus prendas hasta la 4XL y su carta de colores y modelos es interminable. Mi secretillo para mantener impecable mi prenda, es lavarla del revés dentro de una bolsa de rejilla en la lavadora en un programa para lana, ya que si lo lavamos a mano, corremos el riesgo de que se deforme por el peso del agua. Más abajo, os dejo el link a la marca. Un besito y feliz día
Carmen