TIERRA DE DIOSES

TIERRA DE DIOSES

Apenas llegamos a la estación de Ollantaytambo para coger el tren de subida a Machu Picchu, nos sentimos atrapados por el espectáculo de color y la algarabía de la gente. Mujeres vestidas con aguayos de ricos colores y niños colgados a sus espaldas nos ofrecen desde protectores solares a empanadillas rellenas de carne o pollo. Niños nativos de todas las edades corretean entre los turistas de distintas nacionalidades, pidiendo unos soles a cambio de alguna foto.

Una vez subidos al tren, observamos con sorpresa todas las comodidades con las que cuenta:  techo panorámico, asientos cómodos y envolventes y un servicio de catering estupendo. Mecidos por el lento movimiento del vagón, observamos como se van sucediendo los paisajes. Atravesamos zonas de bosque nuboso que poco a poco se torna tropical, la vegetación se vuelve más densa a medida que nos acercamos a la selva. Las terrazas de cultivo construidas en las montañas por los incas  se precipitan en un río de aguas turbulentas. Después de una hora y media de tren, nos bajamos en el pueblo de Aguas Calientes donde se puede elegir entre subir andando o en autobús al Valle Sagrado. Nosotros nos decidimos por este último, que asciende renqueante por una pequeña ruta zigzageante. Había leído algunas historias sobre la búsqueda de El Dorado, pero creo que realmente éste solo reside en la extraordinaria belleza del paisaje! Por fin, tras una curva interminable del camino aparece la ciudad sagrada de los Incas, envuelta por colosales gigantes dormidos!

Por unos momentos, tengo la sensación de haber cruzado a otra dimensión! El sol relampaguea entre las construcciones de roca proyectando haces de luz que atraviesan el Templo de la tres ventanas. Las ordenadas terrazas deslumbran con su verdor y el agua se desliza por pequeños canales. El tiempo se ha detenido, esta ciudad es como un sueño que solo existe en la imaginación de un artista. No se si fueron Dioses o fueron hombres pero esta ciudad existe y es Machu Picchu!

AMA SUA, AMA QUELLA, AMA LLULLA!

Carmen