¿YA ESTAMOS EN NAVIDAD?

Todo el mundo me mira como un bicho raro cuando digo que no me gusta la Navidad. Estoy cansada de justificarme. No me falta ningún ser querido, no estoy pasando ningún bajón emocional, vivo con una familia normal. Simplemente no me siento invadida por ese espíritu navideño del que todos hablan. Si quiero ver una película, en casi todos los canales, me asalta el Grinch o Rodolfo el Reno. Si quiero reservar en mi restaurante favorito, hace siglos que está completo. Si quiero comprar regalos porque en estas fechas hay que regalar, tengo que enfrentarme a una especie de competición de: no me pises, no me empujes, ya no queda… Y sobre todo, hay que demostrar que eres muy feliz aunque no lo seas. Forma parte del atrezzo. También me ocurre, que no puedo evitar un pequeño poso de culpabilidad cuando me uno a este derroche desenfrenado, mientras mucha gente sufre autenticas privaciones.

De lo que estoy segura, es de que puedo salir ilesa de comidas, cenas y demás atracones sin Omeprazol y Sales de frutas. De que puedo seguir riendo como hago todo el año. De que podría pasar sin regalos aunque se empeñen en regalarme. De que a pesar de los millones de bombillas encendidas y de la contaminación lumínica, confío en que el planeta saldrá adelante. Y, como siempre intento sacar algo bueno de todas las situaciones, la lectura positiva de mi Navidad, es el mogollón de achuchones, besos, miradas, cariño a toneladas de las personas que tan pocas veces veo al año. Mi máxima favorita, es intentar ser feliz siempre, no solo cuando lo marque el calendario.

En las imágenes llevo un vestido maxi de punto con falda tableada que he combinado con un sombrero a juego y unas botas con estampado piel de serpiente. Os dejo los links como siempre, al final del post. Un millón de besos

Carmen

Vestido Massimo Dutti Botas Cuplé Moda Sombrero Stradivarius Bufanda amarilla H&M