BLANCO Y NEGRO

A veces, es necesario hacer un parón para tomar perspectiva y distanciarnos temporalmente de tantos estímulos y presiones que nos autoimponemos. Y no estoy diciendo que haya que tomar un tren o un avión, el viaje solo es interior. Yo tengo exceso de lo que se conoce como mente rumiante. Me tiro todo el día maquinando historias, nuevos looks o localizaciones para fotografías. Mis libretas están escritas del derecho y del revés, sin orden ni concierto, simplemente se me ocurre una idea y ¡plaf! la plasmo, lógicamente luego ni la encuentro. A eso le estaba sumando mis problemas de salud y la cuenta no me salía. Ese es el motivo por el que no publico desde hace tiempo. Pero me he dado cuenta de que añoro mi blog, un blog en el que vuelco una parte de mi, una parte de mi forma de ver la vida, la moda, la belleza y tantas cosas…..así que, como decía ayer (me encanta esta frase atribuida a Fray Luis de León) en el post de hoy os muestro un vestido que me encanta porque tiene un punto sofisticado pero a la vez sencillo. Tiene una caída fabulosa y lo podemos usar absolutamente en cualquier ocasión, incluso podéis darle un toque cowboy con unas botas country y un sombrero. En este caso yo lo he combinado con unas botas de ante con tacón y una cazadora de cuero negra. Para marcar la cintura, he usado un cinturón ancho atado con dos grandes borlas. Espero que os guste y feliz semana.

Carmen

Vestido Mango

Fotografía Marina Dorado

¿YA ESTAMOS EN NAVIDAD?

Todo el mundo me mira como un bicho raro cuando digo que no me gusta la Navidad. Estoy cansada de justificarme. No me falta ningún ser querido, no estoy pasando ningún bajón emocional, vivo con una familia normal. Simplemente no me siento invadida por ese espíritu navideño del que todos hablan. Si quiero ver una película, en casi todos los canales, me asalta el Grinch o Rodolfo el Reno. Si quiero reservar en mi restaurante favorito, hace siglos que está completo. Si quiero comprar regalos porque en estas fechas hay que regalar, tengo que enfrentarme a una especie de competición de: no me pises, no me empujes, ya no queda… Y sobre todo, hay que demostrar que eres muy feliz aunque no lo seas. Forma parte del atrezzo. También me ocurre, que no puedo evitar un pequeño poso de culpabilidad cuando me uno a este derroche desenfrenado, mientras mucha gente sufre autenticas privaciones.

De lo que estoy segura, es de que puedo salir ilesa de comidas, cenas y demás atracones sin Omeprazol y Sales de frutas. De que puedo seguir riendo como hago todo el año. De que podría pasar sin regalos aunque se empeñen en regalarme. De que a pesar de los millones de bombillas encendidas y de la contaminación lumínica, confío en que el planeta saldrá adelante. Y, como siempre intento sacar algo bueno de todas las situaciones, la lectura positiva de mi Navidad, es el mogollón de achuchones, besos, miradas, cariño a toneladas de las personas que tan pocas veces veo al año. Mi máxima favorita, es intentar ser feliz siempre, no solo cuando lo marque el calendario.

En las imágenes llevo un vestido maxi de punto con falda tableada que he combinado con un sombrero a juego y unas botas con estampado piel de serpiente. Os dejo los links como siempre, al final del post. Un millón de besos

Carmen

Vestido Massimo Dutti Botas Cuplé Moda Sombrero Stradivarius Bufanda amarilla H&M