Desde que entramos en el confinamiento, aparte de sufrir el virus Covid19 y sus efectos colaterales, me iban surgiendo dudas más que razonables respecto al rumbo que iba a tomar mi etapa de blogger. Con el movimiento restringido, algunos kilos de menos y una cara similar a la de Morticia Addams, mi principal problema, consistía en como enfrentarme al objetivo de mi cámara dentro de casa y sin mis socorridas gafas Ray-ban. Está claro, que nada de eso tenía importancia, lo que realmente me estaba ocurriendo, es que me estaba adentrando en una especie de rebelión existencial, digamos que en algún momento, quizás en una curva, había perdido parte de mi esencia. A unos les llega antes y a otros después. A mí me ha llegado durante esta crisis mundial, en forma de tsunami emocional, me ha pillado desprevenida y ha puesto patas arriba todo mi mundo. Ultimamente, me encontraba un poco incomoda en mi papel. Quería aparentar una edad que no es la mía, revisaba mis fotografías con lupa hasta encontrar la imágen en la que el flequillo y las gafas disimulaban mis arrugas y la incipiente caída de mi óvalo facial. Enrabietada perdía demasiado tiempo hasta encontrar la foto casi perfecta. Afortunadamente, después de digerir un número insolente de vídeos de crecimiento personal, de cuencos tibetanos y mindfulness, alguien me recomendó un libro, El arte de vivir con sencillez de Shunmyo Masuno que me ha descubierto lo sencillo que es mostrarte tal cual eres, con tus defectos y tus virtudes, que la vida es un camino de evolución y que yo había elegído el más corto pero el más retorcido. No se si he aprendido mucho o poco durante esta pandemia, ni siquiera sé si esto, me va a servir para algo y «donde dije digo, digo Diego» pero de lo que sí estoy segura es de que algo ha cambiado significativamente. Ahora, una serie de cosas que tenía como importantes, han sido relevadas a la lista de cosas que ya no tienen importancia, como mis arrugas o mis años. Solo me resta esperar y averiguar si todo ha sido producto de esta clausura o perdurará en el tiempo. Sin embargo, no puedo dejar de pensar en las veces que os he mostrado mis juanetes sin pudor ninguno y creo que esto forma parte de mi mente selectiva.
Bueno y lo lógico es que os hable al menos del look que veis en las imágenes. Tenía muchas ganas de una falda de flores y navegando por las webs, encontré justo lo que buscaba en HyM y me pareció que quedaría genial con esta camiseta de algodón blanco con mangas abullonadas que son pura tendencia. El calzado lo dejo a vuestra imaginación, ya que creo que el look admite tanto unas zapatillas deportivas como unas sandalias de tacón o unas cuñas Espero que os guste. Un besito y cuidaos mucho.
Carmen