LA TIRANÍA DE LOS LIKES

vestido guipur

Mientras las tostadas de mi desayuno se enfrían, yo sigo dando vueltas a la fotografía que voy a subir. Elijo un filtro, me encanta el New York y un hastag que va de comida, en este caso, #foodporn y por fin, envío la imagen a mis stories. Ahora ya puedo deglutir tranquila mientras reflexiono sobre el bikini que voy a llevar a la playa, no puedo repetir el mismo modelo de la semana pasada, eso significa una perdida de tiempo considerable dentro de mi armario hasta que dé con el look perfecto. Aún así, casi con toda seguridad, mi hijo repetirá el boomerang 300.000 veces hasta que me de por satisfecha y llegaremos tarde al chiringuito como siempre.

Lo injusto de la situación, es que hoy se mide la importancia de una foto por sus likes y el perfil de un instagramer o blogger por la cantidad de seguidores. Así de fácil. No importa el trabajo ni el sacrificio que hay detrás, el obtener buenas instantáneas o buscar outfits originales. La plataforma de despegue para contar con suficiente visibilidad para algunas marcas está en unos 20.000 seguidores. Superar esta barrera por métodos naturales supone un cierto agotamiento mental porque yo no pertenezco a la generación Millenial, yo juego en otra liga, la de los 50 y esto complica un poco más la cosa. Y estoy convencida de que debería ser al revés. Yo no vendo sueños, esa no es mi meta. No viajo en jets privados alrededor del mundo, ni tengo mil bolsos de Dior, aunque confieso que tengo alguno. Mi meta es acercarme a un publico fiel aunque sea reducido, ser natural y honesta porque soy de carne y hueso como el resto de los mortales. Acepto campañas de marcas que ofrecen calidad y muestro moda que se adapta a mi perfil y a la que pueden acceder muchas más personas. Yo no puedo subir una foto diaria a Instagram porque no me lo puedo permitir y porque de lo que se trata es de inspirar y mi mente se agotaría.

Mi reflexión es que disponer de cien mil o un millón de seguidores, te puede convertir en Influencer. Comprarlos también, pero ¿cuantos llegan a interaccionar realmente con su publico selectivo?¿Cuantos falsos Influencers existen? Las redes sociales son adictivas, pero lo mio es consentido. En este momento, se han convertido en una parte importante de mi vida y mi familia me apoya. Me gusta generar contenido y conectar con la gente, por eso valoro tanto YouTube, aquí disfruto muchísimo porque no hay tanto postureo y se actúa con más naturalidad y lo mejor de todo es que me hace más visible. Y aquí sigo, inmersa en un mar de redes, despacito pero contenta…

Carmen

Túnicas rosas
Túnicas bordadas
Vestidos románticos

Vestido Gracia Capilla Boutique

Fotografía Elias Dorado